El tratamiento es sencillo si se realiza antes de que la futura mamá
llegue al cuarto mes del embarazo. Una inyección de penicilina podría evitar
que el bebé llegara a infectarse, y en caso de ser alérgica a la penicilina, el
doctor podría recetar otros antibióticos adecuados.
Por otro lado, si se sometiera a un tratamiento después del cuarto mes de
embarazo, el mismo no surtiría los resultados esperados. Entre un 40% y un 70%
de las mujeres que se hubieran sometido a un tratamiento tardío o no hubieran
tratado esta enfermedad médicamente, darían la luz a bebés con sífilis
congénita.
Tras el parto, si el análisis que se le hiciese al bebé para detectar si padece
sífilis diera un resultado positivo, el doctor de cabecera recetaría
inyecciones de penicilina para matar la bacteria.
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