La clamidia se trata con
antibióticos. El tratamiento antibiótico recomendado es la doxiciclina, dos
dosis diarias durante siete días o la azitromicina en una única dosis. Se
pueden utilizar otros medicamentos alternativos, pero no son tan eficaces como la
azitromicina y la doxiciclina. Las personas en tratamiento para la clamidia no
deben tener relaciones sexuales durante siete días después de una terapia de
dosis única (azitromicina) o hasta haber completado los siete días de
antibióticos (doxiciclina). Los pacientes pueden ser infectados nuevamente si
sus compañeros sexuales no reciben tratamiento.
Si una persona no recibe
tratamiento para la clamidia, se pueden presentar complicaciones. Con
frecuencia, las mujeres desarrollan una enfermedad pélvica inflamatoria que
puede producir esterilidad y el contagio continuo de la enfermedad. En los hombres, la clamidia sin tratar puede
causar infecciones uretrales y complicaciones, tales como hinchazón y dolor en
los testículos. Además, la clamidia puede producir infecciones conjuntivales
(del ojo) y neumónicas (de pulmones) en los recién nacidos. Las personas con
infección por clamidia tienen mayores posibilidades de contraer otras
infecciones, tales como la gonorrea o el VIH.
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